En las primeras horas de la mañana de este miércoles, falleció una persona justo en el momento en que estaba por firmar un contrato de alquiler. El hombre, del cual no trascendió la identidad, había conseguido un departamento luego de 18 meses de búsqueda.
Fuentes ligadas al caso revelaron que la propiedad estaba a buen precio y “no tenías que entregar un riñón” para el ingreso. Además, aseguran que el dueño era “buena onda” y no le molestaban las infancias.
Entre otros detalles, que dejan a impresionado más de uno, figuran: los vecinos son tranquilos, pero no te dicen nada si realizás fiestas, la calle está pavimentada; el colectivo pasa por la puerta; tenés un almacén y un supermercado cerca no hay perros sueltos y si tenés auto nunca te ocupan “el lugar”.