La llegada de Usupin, la mascota oficial de la ciudad de Ushuaia revivió de forma casi automática a la mascota olvidada que se hizo con anterioridad: Anuk. Pero la historia no termina allí, ahora otro pingüino aparece en esta crónica; Happy Feet: “yo conozco mucho a Usupin le di clases de tap y es durísimo, no aprendió ni un paso. Encima después le presté una guita para la cirugía estética que se hizo por este trabajo nuevo y todavía estoy esperando que me la devuelva cuando lo fui a buscar salió nadando a 30 km por hora” dijo un muy molesto Happy Feet.
Esperemos que todos estos pingüinos puedan convivir en paz ya que hay krill para todos.
Nota: ningún ave fue maltratada durante la confección de este informe.